La tarde se enfrió después de
una lluvia fugaz de verano,
yo seguía escuchando el ladrido
del perro del vecino de al lado
pero las aves callaron o volaron
que se yo, ya no se escucharon;
el día se acabó en un de repente
busqué abrigo y me quedé absorta
tan solo percibiendo la llegada
precoz de la noche y la tenue luz
de un farol indiscreto que miraba
con su ojo solitario haciendo guiños
ante la inusitada situación
pretendía creo, parecer lucero.
La noche crecía llenando el espacio
no hubo más remedio, el sol no volvió
así nos quedamos, el farol y yo
él queriendo ser lucero, yo
queriendo ser farol.
©️Vicky Toledo
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