Comencé a construir un nido
para las mariposas,
era todo primoroso y dulce
tenía calor, luz y algunas flores,
pensé que estaban contentas
porque las miraba revoloteando,
pero los ojos engañan, me confié
y un día abrí la ventana para que
entrara el sol a bañarlas y ellas,
apresuradas, se soltaron
de sus alfileres , de sus imanes,
de sus clavos, de sus cadenas,
de sus cajas de vidrio, de mi estómago
y por la misma ventana volaron
desordenadamente , atropellándose;
con sus alas brillantes volaron
hacia un lugar desconocido para mí
sin saber ellas siquiera para donde iban.
Solo sabían que esa era su oportunidad
de dejar aquello que con tanto amor
y con tan poca sabiduría
yo había construido para ellas.
©Vicky Toledo