Recuerdo cuando estaba
en tu vientre
te hacía cosquillitas con mis pies y tú
me cantabas canciones antiguas
acariciabas tu
enorme vientre
me contabas tus sueños
y yo me quedaba quietecita
reconociendo tu dulce voz
Otras veces, te reías
desde entonces llevo tu risa conmigo
desde que me columpiaba
en el cordón umbilical que nos unía
mientras me alimentabas
todos mis antojos complacías
mientras ponías tus manos
en tu cintura desaparecida
y yo con una patadita hacía
que se te olvidaran las náuseas
la pureza del amor todo lo puede
¡soy sangre de tu sangre!
Y así como en tu vientre
fue desde entonces para siempre
siempre pensando en esta tu hija
siempre rezando y bendiciéndome
conmigo llorando, conmigo riendo
cerca o lejos, siempre conmigo
Mamá, si pudieras escucharme
sería yo quien te cantaría
las mismas canciones antiguas
que me cantabas cuando me gestabas
en tu vientre bendito y humano
Si estuvieras aquí, mamá
acariciaría tu cabello blanco y fino
te escribiría un poema, te regalaría rosas
el rebaño de elefantes
y el kiosco de malaquita de Darío
te contaría mis sueños y rezaría contigo
Todo sería para ti, lo que tú quisieras
porque todo te lo debo
hoy yo te imagino y sonrío
y mi amor siempre, siempre es para ti
donde quiera que estés, mamá
¡soy sangre de tu sangre!
©Vicky Toledo