martes, 21 de junio de 2011

Cuando Estoy en el Aire

Desde acá arriba cambia la perspectiva

Dios ha pintado los verdes de blanco

Ha convertido las corrientes en espejos estáticos

Donde se reflejan los dorados y tibios rayos

Que vienen atravesando las partículas del espacio

Trayendo la energía a todo lo que respira



Los orgullosos picos salpicados de azúcar

Alrededor del lago se levantan imponentes

Pronto serán los que al dulce lago alimenten

Con azúcar derretido convertido en vida

Rebalsará el cauce y crecerá insolente



Los pedazos de algodón esparcidos por el cielo

Dejan entrever hondonadas, montañas y ríos

Lo que está lleno de vida desde aquí se ve inerte

El horizonte estirado del mar aquí se ve interrumpido

Por líneas que suben y bajan, en lontananza

Destacando lo sublime de la gran inmensidad



El gran lago se perfila plateado y circular

Su isla es su compañera, su otra mitad

Desde acá arriba no se divisan fronteras

Miras a un lado y otro y línea divisoria no hay

Desde esta visión aérea solo se puede apreciar

Los valles, los blancos riscos y la serpiente del río



Es un fecundo solaz donde la mirada se pierde

Y el pensamiento se agita tratando de imaginar

Lo que los ojos curiosos no alcanzan a mirar

La vida que entre hierbas crece, la flor silvestre

La lucha por sobrevivir del astuto animal

La tierra húmeda, el agua cristalina, lo natural



Y en medio de este paraíso secular

La bulliciosa ciudad que desde acá arriba

Se percibe como un frágil juguete de niño

Pierde su portento y su artificial gracia

Pierde su importancia ante la majestuosidad

De la manifestación de lo divino



Esa gran ciudad indiferente a su entorno

Continúa su actividad porque allá abajo

Somos presos del tiempo y de la cotidianeidad

Desde acá arriba, todo se ve imponente e intemporal

Por eso cuando vuelo en un pájaro de acero

Me gusta dejar a mi imaginación volar



©Vicky Toledo

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