En un rincón del salón, calladito se le ve
El mundo a su alrededor gira pero él no lo sabe
Bullicio, alegría, algarabía, nada que ver con él
El solo ve y escucha lo que ocurre dentro de si
Con su carita bonita frunciendo su ceño está
No tiene capacidad de saber lo que le pasa
Se refugia en su interior, un misterio del Señor
Sonríe, así lo siente su corazón
No habla porque no quiere, así se siente mejor
No escucha lo que le dicen, no le importa lo que piensen
El, es ser singular, masa encefálica superior
Que nadie comprende pero él se divierte con su yo
A veces grita, corre, se agita, llora y se ríe
Nadie logra comprender que pasa por su cabeza
Y se oye decir a alguien, pobrecito, es autista
Más quien lo dice no sabe que es un niño feliz
Que no quiere compartir porque no le da la gana
Que él es feliz porque si, no necesita de nada
El no sabe de tristezas, de todas las cosas malas
Que otros por compartir tienen a veces que sufrir
Siendo de mente tan diferente está lleno de amor
Lo reparte con sonrisas, con abrazos y con besos
Como una criatura de Dios ama y es amado
Aprende a su manera, da con todo su corazón
Cuando sale de su mundo y habita con el mundo externo
Es un angelito del cielo, es un regalo del Señor
Para todos los que están cerca y conocen su corazón
©Vicky Toledo
Solo pocas personas pueden entender, admirar y amar un autista. Son solo aquellas que forman parte de su vida, de cada momento en que te deja cosas tan maravillosas que te hacen apreciar la vida de un modo diferente. Porque un autista tiene lo que muchos de nosotros perdemos por intentar pertenecer a una sociedad que nos juzga.
ResponderEliminarGracias por publicar este hermoso poema que da a conocer de alguna manera el mundo de estas personitas maravillosas.