Palidece mi cielo ante la luz
Que de alguna parte emana
Aristas brillantes, estalactitas
Se clavan en mi enjambre
Sacudiendo mi letargo
Despertándome la calma
Sugiriendo movimientos
De lo intangible en mi juicio
Saetas de oscuridad
Se cruzan en las vías
Como de la ciudad tranvía
Interrumpiendo la corriente
De la luz y la poesía
Obligando al pensamiento
A retroceder y empezar
Manipulando el sentido
Cobijada con el manto
De la eterna realidad
Que no por ser eterna
Inmutable quedará
Me distrae con su ruido
Llamándome la atención
Sobre mi obligación
Y mi deber de mortal
Cubierta el alma con la piel
Mi ser no tiene sosiego
En mis ojos se adivina
El desgastante desvelo
Que a pesar de ser dañino
Para mi cuerpo tangible
Causa un placer a mi alma
De una forma indescriptible
Aquí voy nuevamente
Enrumbando el camino
Luchando a brazo partido
Por vencer lo corpóreo
Permitiendo que el alma vuele
Sin dirección definida
A lo profundo del océano
A las alturas del cielo
De tiempo en tiempo
El alma se enajena
Provocando que la mano
Deslice por el blanco plano
Las letras reprimidas
Que ansían por salir
Del laberinto oscuro
De mi cerebro humano
©Vicky Toledo
No hay comentarios:
Publicar un comentario